Conoce nuestra Unidad Pastoral

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UNIDAD PASTORAL EN ALLANDE

  • POLA DE ALLANDE (SAN ANDRÉS) –  CABECERA DE LA U.P.
  • ARGANZA (SANTA MARÍA) – TINEO,
  • BORRES (SANTA MARÍA) – TINEO,
  • BUSTANTIGO (SAN JOSÉ) – ALLANDE,
  • CELÓN (SANTA MARÍA) – ALLANDE,
  • CERREDO (SANTIAGO) – TINEO,
  • LINARES (SANTIAGO) – ALLANDE,
  • LOMES (SAN CLEMENTE) – ALLANDE,
  • PORCÍLES (SAN ROQUE) – TINEO,
  • SANTA COLOMA – ALLANDE,
  • SAN FACUNDO – TINEO,
  • SAN FÉLIX – TINEO,
  • VILLAGRUFE (SAN MARTÍN) – ALLANDE,
  • VILLARDESAPOS (SANTIAGO) – ALLANDE,
  • VILLAVASER (SAN CIPRIANO) – ALLANDE
  • VILLAVERDE (SAN JUAN) – ALLANDE.
La Importancia de la Presencia en la Pastoral Rural: Un Compromiso de Amor y Servicio
      La pastoral rural es el corazón que mantiene viva la fe en nuestros pueblos, donde cada comunidad, por pequeña que sea, es reflejo de la Iglesia cercana y servicial. En la Unidad Pastoral de Allande, compuesta por 16 parroquias, y en las 6 parroquias de Tineo que también acompaño, esta presencia se convierte en un signo de esperanza. Atender a los mayores, llevar la comunión a quienes no pueden moverse, visitar a los enfermos y compartir la vida cotidiana en cada aldea no es solo un deber, sino una alegría que renueva mi vocación.
     Cada rincón de estas tierras tiene su propia historia y sus necesidades espirituales. El entusiasmo por servir aquí nace de saber que, en la sencillez de estos gestos, estamos haciendo visible el amor de Dios. Aunque la extensión geográfica y la carga de trabajo a veces impiden llegar a todo como desearía, cada visita, cada celebración y cada encuentro son semillas que fructifican en la fe de quienes más nos necesitan.
   Quiero agradecer de corazón a todos los feligreses por su paciencia, comprensión y cariño. Su testimonio de fe y su acogida hacen que, a pesar de las limitaciones, este ministerio sea una fuente de profunda felicidad. Seguiremos caminando juntos, porque en la pastoral rural no estamos solos: Cristo nos precede en cada camino y nos une en una misma misión.

Con Fe y Esperanza: Caminando Juntos en Nuestras 16 Parroquias

En estos días, mientras recorro los caminos que unen nuestras 16 parroquias, siento la necesidad de compartir con ustedes lo que llevo en el corazón. Cada capilla, cada aldea, cada rostro que encuentro es un tesoro que Dios ha puesto en mi camino sacerdotal.
El trabajo pastoral en un territorio rural como el nuestro conlleva desafíos muy concretos:
Las distancias largas que a veces retrasan, pero nunca apagan el deseo de llegar a cada rincón.
El tiempo limitado que nos obliga a priorizar, pero nunca a dejar de amar.
La necesidad de atención personalizada, que aunque a veces no pueda ser tan inmediata como quisiera, siempre está presente en mi oración.
La pastoral rural no es fácil, pero es profundamente evangélica. Jesús mismo eligió los caminos polvorientos de Galilea para sembrar la Buena Noticia. En nuestras aldeas, celebramos esa misma fe sencilla y fuerte que no depende de estructuras grandes, sino de corazones abiertos a Dios.
Hoy quiero agradecerles de todo corazón:
Por su paciencia cuando los horarios se ajustan a las necesidades de varias comunidades.
Por su comprensión cuando las fuerzas humanas no alcanzan para estar en todos lados al mismo tiempo.
Por su cariño y apoyo, que son como el aceite que aligera las cargas del ministerio.
Cada Misa celebrada, cada bautismo, cada visita a los enfermos, cada reunión de catequesis… vale la pena porque ustedes están ahí, sosteniendo con su fe esta porción de Iglesia.
Les pido sus oraciones, para que el Señor me conceda salud, alegría y perseverancia para servirles cada día con mayor entrega. Y como el Padre Pío decía: “¡Oren, esperen y no se angustien!” – porque Dios nunca abandona a su pueblo.
Con el cariño de su párroco, que aunque a veces llegue cansado, siempre llega con el corazón lleno de amor por esta grey.