Sean siempre bienvenidos.

     “Queridos hermanos en Cristo, llenos de la gracia y el amor de Dios:

     ¡Bienvenidos a este sagrado espacio de fe, esperanza y comunión fraterna! Soy el Padre César Gustavo Acuña dos Santos, un humilde misionero argentino, nacido en la tierra bendita de Misiones, donde el rojo de la tierra parece teñirse con el fuego del Espíritu Santo. Desde niño, en el seno de una familia humilde y trabajadora, aprendí que el verdadero tesoro no está en las riquezas materiales, sino en el amor a Dios y al prójimo.

     Soy devoto del amado Padre Pío, ese gran santo de los estigmas y la intercesión poderosa, y estoy consagrado a la Santísima Virgen María, mi Madre y Reina, bajo cuyo manto busco refugio cada día. Mi corazón late unido al Sagrado Corazón de Jesús, en su amor crucificado, porque sé que solo en la cruz encontramos la verdadera redención.

     Hace ya diez años que el Señor, en su infinita misericordia, me llamó a dejar todo por seguirlo, y desde entonces, mi vida ha sido un peregrinar constante por los senderos menos transitados: entre las capillas rurales, los pueblos olvidados y las almas sedientas de Dios. He visto milagros en la sencillez de la gente, he llorado con los que sufren y he celebrado con los que encuentran luz en el Evangelio.

     Este sitio web nace con un propósito claro y profundo: ser un lazo de unión entre nosotros, aunque los kilómetros nos separen. Aquí encontrarán:

• Reflexiones diarias para alimentar el alma.

• Noticias de nuestra pastoral misionera, porque la Iglesia no es solo templo, sino también camino.

• Un puente de oración, donde juntos, como familia de Dios, seguiremos construyendo una Iglesia viva, cercana y llena de amor.

     Porque la fe, queridos hermanos, no conoce fronteras ni distancias. Mi vocación es —y será siempre— caminar a tu lado, llevando en mis manos el pan de la Palabra y en mi corazón el fuego de la caridad.

     Los espero aquí, con los brazos abiertos y el alma en paz, porque sé que es el Señor quien nos une más allá de todo. Que la Virgen María nos cubra con su manto y que el Padre Pío interceda por cada uno de ustedes.

     Con todo mi cariño y bendición,
     Padre César Gustavo Acuña dos Santos

“Que el amor crucificado de Jesús sea siempre su fuerza y su alegría.”